Fondos cotizados
Los ETF están diseñados para seguir la evolución de un índice específico, como el S&P 500, o de una industria o sector concretos. Son un vehículo de inversión muy popular entre los inversores particulares e institucionales por su bajo coste y sus ventajas de diversificación.
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Los ETF pueden comprarse y venderse a lo largo del día en una bolsa, y sus precios fluctúan en función de la oferta y la demanda.
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Una de las principales ventajas de los ETF es su bajo coeficiente de gastos en comparación con los fondos de inversión gestionados activamente. Dado que los ETF se limitan a seguir un índice, no requieren el mismo nivel de gestión activa, por lo que sus comisiones de gestión son más bajas.
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Además, los ETF ofrecen a los inversores ventajas de diversificación al proporcionar exposición a una amplia gama de valores dentro de un mercado o sector concreto.
Los ETF son también una forma popular para que los inversores obtengan exposición a sectores o industrias específicos, ya que proporcionan una forma rentable de invertir en una cartera diversificada de valores dentro de un segmento de mercado concreto.